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LAVADERO

Lavando en la rambla.

Imagen: Javier Mejías

En la década de los 60 se construyó el lavadero público al este de la aldea, en una de las partes más bajas. No es que hubiera en ese lugar ningún manantial o punto de agua natural por el que haber construido allí tales instalaciones. Más bien Casas de Moya ha sido un lugar con escasez de agua, alejado de ramblas o barrancos con flujos de agua continuado. Solo en la rambla del Varejo, se lavaba antiguamente en una zona en la que el agua podía abundar más tiempo, pero este punto se encontraba alejado del núcleo poblacional.

Cuando la aldea ya tenía sus canalizaciones de agua potable construidas, se desvió una tubería para suministrar de este preciado y necesario bien al recién inaugurado lavadero. Su construcción es de planta rectangular, con tejado a dos aguas y destacan sus 20 pilas para lavar, 10 a cada lado del muro medianero, dispuestas de forma individual en la parte central del mismo.

Estuvo en funcionamiento durante casi tres décadas hasta la aparición de los electrodomésticos capaces de sustituir esta función y que comenzaron a extenderse rápido en la pedanía.

Actualmente, se encuentra en estado de abandono y ruina. Por ese motivo bien merece su puesta en valor y restauración como elemento histórico del patrimonial hidráulico de la población.


Lavadero a principios de los 2000.

Imagen: Asociación cultural Amigos de Venta del Moro.

Interior y exterior del lavadero en la actualidad. Imagen: Rubén Guaita