7

NIDOS DE AVIÓN - Los sonidos de la primavera: Aviones, Golondrinas y Vencejos

Sobre el mes de abril, el cielo de Casas de Moya se tiñe de sombras negras surcando a diferentes alturas. Se trata de la llegada de aviones, golondrinas y vencejos que delatan su presencia con sus acrobacias y sonidos característicos. Vienen de hacer miles de kilómetros para pasar la época estival por estas tierras, donde las fachadas de las casas de la población serán también sus hogares durante un tiempo.

La construcción de sus nidos es todo una obra de ingeniería que supone un gran esfuerzo en realizar. Para ello, capturan barro con su pico y lo compactan hasta hacer una masa uniforme y sin burbujas de aire. La base del nido será la parte más reforzada, pues es la que más peso debe soportar, mientras que el resto de las paredes, hasta su abertura en la parte superior, será más fina y ligera. La capacidad de barro que pueden transportar en su pico es muy reducida, por lo que tienen que llegar a hacer unos 2500 viajes (5000 contando a la pareja) con "un bocadito" de fango cada vez, que es lo que requiere la construcción completa de un solo nido. Esta tarea les puede llevar entre unas dos o tres semanas de tiempo en completarla.

Este hecho debería bastar para comprender el titánico esfuerzo que efectúan estas aves, solamente para albergar su lugar de cría. Por este motivo, tanto estas aves como sus nidos están protegidos y no deben de ser destruidos.



NIDOS DE AVIÓN

Especialmente visibles son los nidos de Avión Común, que se encuentran prácticamente en todas las calles y en casi todas las viviendas. Destaca la colonia de la imagen de la izquierda, al inicio de la Calle Costerilla, donde se albergan alrededor del medio centenar de nidos.

Estas aves migratorias son muy fieles a sus lugares de nidificación o cría, con lo que es todo un mérito regresar al punto de partida inicial desde una distancia tan lejana y con las dificultades que ello supone.

Imagen de la colonia de nidos de avión común de Casas de Moya a fecha de 25 de abril de 2022. Foto: Rubén Guaita.

la importancia de conservar los nidos

Cuando esta especie pierde sus nidos, por el simple hecho de que nos moleste su ubicación en nuestra fachada, les estamos condenando a doblar esfuerzos en volver a construir otro nido en otra ubicación. Esto significa alargar otras dos o tres semanas la labor de su montaje que conllevará, aparte del desgaste energético evidente, un retraso en la puesta de huevos, comprometiendo el éxito de la cría. El que los polluelos no nazcan cuando toca puede suponer que haya una falta de alimento, y que los padres sean incapaces de capturar los insectos necesarios para sacar adelante a sus 3, 4 o 5 crías, durante las tres semanas que necesitan para llegar a ser adultos. Además, toda la familia deberá volver de nuevo a África, al final de la temporada, por lo que la disposición a obtener alimento es absolutamente esencial.

A todo esto se le añade la dificultad de poder conseguir barro, especialmente si la primavera está siendo seca, con lo que las aves tendrían que desplazarse, más si cabe, hasta dar con lugares en donde sea posible hallar fango. De lo contrario, su cría sería inviable. Una imposibilidad en su opción a reproducirse merma enormemente las posibilidades de crear descendencia para esta especie, pues los aviones, al igual que las golondrinas, no viven demasiados años, por lo que quizás solo dispongan de una o dos primaveras para lograr contribuir a la supervivencia de la especie. Todo esto se podría evitar con algo muy sencillo: dejando en paz a los nidos de estas pequeñas aves migratorias.



Lamentablemente, el desconocimiento y la falta de concienciación y civismo por parte de algunos vecinos de la pedanía ha hecho realidad la triste verdad que narraba en los párrafos anteriores. A continuación podemos apreciar el desgarrador desenlace final que tuvo la colonia de nidos en plena temporada de cría, tan solo 20 días después de haber realizado la anterior foto.

De no concienciar, continuaremos quebrando el vínculo colonial de estas especies con nuestro entorno rural tan particular y que no sería el mismo si no volviéramos a escuchar el sonido tan peculiar de su canto que muchas veces asociamos como unos de los sonidos propios de la aldea.


Imagen de la colonia de nidos de avión común de Casas de Moya a fecha de 15 de mayo de 2022. Foto: Rubén Guaita.

distinguiendo entre aviones, golondrinas y vencejos

aVIÓN COMÚN

Su cuerpo es blanco por la parte inferior y posee patas cortas. La mitad superior de la cabeza es negra. Tiene las alas rectas. En cuanto a la cola, es corta, cerrada y en forma de "v". Comparte espacio de vuelo con golondrinas y vencejos ocupando la parte intermedia entre ambos. Coloca sus nidos, realizados con barro, bajo cornisas y tejados, cerrado prácticamente hasta la parte superior, dejando solo una pequeña abertura.

Imagen de un nido de Avión común

GOLONDRINA COMÚN

También de cuerpo blanco y patas cortas. Posee una mancha rojiza en la garganta, seguido de una pechera o babero de color negro. Su cola es más larga y en forma de horquilla. Sus nidos son parecidos a los del avión común, también realizados con barro, en forma de cuenco y abiertos completamente por la parte superior, aunque los realiza en interiores de estructuras inhabitadas, como viviendas o cuevas. Ocupa la parte más baja del espacio aéreo.

Imagen de un nido de Golondrina común

VENCEJO COMÚN

Posee un cuerpo totalmente oscuro pardo-negro. Su envergadura es mayor que la del avión y la golondrina. Posee patas muy cortas que solo utiliza para posarse cuando crían. Las alas son largas y en forma de boomerang. Su cola es corta. Los nidos los realiza en interiores de grietas, tejas u otras cavidades acolchándolos con plumas que recogen al vuelo. Ocupan la parte más elevada del espacio de vuelo, donde también duermen mientras vuelan.

¿sabrías distinguir los tres tipos de especies?

Play Button Icon
Play Button Icon
Play Button Icon
Rewind Button Icon

Descarga las fichas para imprimir

pdf